Con una tasa de desempleo oficial del 26% y unas proyecciones de contracción de la economía del 1,3 para este año, resulta difícil defender la continuidad de unas políticas de austeridad que podrían devolver a la recesión una economía que a duras apenas está creciendo. A pesar de esto, el gobierno está decidido a ampliar la disciplina fiscal aduciendo que no tiene otra elección.