Andalucìa por el diálogo en Catalunya
Sottotitolo:
"Desde Andalucía queremos hacer un llamamiento al diálogo y a la resolución democrática del conflicto en Cataluña" Un Manifiesto peculiar que procede de una buena parte de la intelectualidad andaluza que toma partido en el debate político actual por el diálogo que desemboque en un referéndum pactado y en la apertura de un proceso constituyente que reforme la estructuración territorial de nacionalidades y regiones en el Estado español, y lo hace desde la experiencia democrática de la movilización para lograr el autogobierno de Andalucía de hace cuarenta años. El 4 de diciembre se cumplen 40 años de las manifestaciones masivas que hicieron a todo el país mirar a Andalucía. Este proceso de movilización previo a la redacción de la Constitución española obligó a los constituyentes a arbitrar un mecanismo para que Andalucía pudiera decidir el estatus de su autogobierno. En el trienio andaluz del 77 al 80, Andalucía reivindicó en las calles que no queríamos ser una región sino una nacionalidad histórica como la que más. Conquistamos el referéndum del 28 de febrero de 1980 siendo los únicos en demandarlo y en superar las duras cláusulas del artículo 151 de la Constitución. Pero en estos días el centro de atención del debate territorial está en Cataluña. Se trata de la expresión más cruda de una realidad subyacente, la crisis del modelo territorial y la necesidad de abrir un proceso constituyente o nuevo pacto constitucional. Desde Andalucía queremos hacer un llamamiento al diálogo y a la resolución democrática del conflicto y entendemos que deben dar un paso atrás las voces que pretenden conducir una crisis constituyente hacia una salida represiva y recentralizadora. Por otra parte, creemos que es un error pensar que lo que tenemos delante es un choque de trenes que observamos desde un andén y que las consecuencias de una mala resolución de la crisis nos caerán encima como una pesada losa. Una merma del autogobierno, es más, el no desarrollo del mismo y la entrada en lógicas recentralizadoras, los giros autoritarios, la aplicación de medidas coercitivas policiales, penales y judiciales, la tolerancia con la abierta y creciente expresión del fascismo en las calles, son efectos que desde Andalucía no queremos asumir. No queremos que se utilice a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en una batalla que es y siempre debió ser política y democrática. No queremos a nuestros vecinos, hermanos e hijos, muchos andaluces, sometidos a las órdenes irresponsables de mandos políticos contra el ejercicio de libertades civiles básicas en Cataluña. No queremos que se repitan las imágenes del 1 de octubre ni queremos seguir viendo a los responsables políticos metidos detrás de una barricada discursiva irresponsable y belicista con la calculadora de votos en la mano. Desde Andalucía pedimos fraternidad, diálogo y mediación. En Andalucía sacamos la bandera blanca de la paz pero también la verde de la esperanza. Andalucía tiene mucho que decir en un eventual proceso de cambio constitucional. Albergamos la esperanza de que esta crisis se pueda cerrar con un diálogo abierto, democrático y participativo que nos conduzca a una resolución de la crisis territorial en clave de defensa de nuestro autogobierno y avances en la descentralización en unos momentos en los que los centros de decisión cada vez están más alejados de la célula básica de representación popular que son los ayuntamientos. En Andalucía necesitamos protagonizar también este debate, hacer un balance riguroso de 40 años de nuestra irrupción como pueblo con aspiraciones políticas y proyectar una nueva Andalucía de la que nuestros hijos e hijas no tengan que marcharse para ganarse el pan. Y queremos hacerlo sin perder la memoria, reconociéndose como lo merece la fecha del 4 de diciembre como día del pueblo andaluz para conectar a la sociedad andaluza con sus aspiraciones históricas, aspiraciones más vigentes que nunca, ya ue para ejercer la ciudadanía es necesario ejercitar la memoria colectiva. Y queremos hacerlo sin hacer dejación de funciones de las tareas y compromisos adquiridos por parte de los poderes públicos con el pueblo andaluz plasmados en el Estatuto de Autonomía para Andalucía. Y queremos hacerlo de la mano de la familia de Manuel José García Caparrós, que lleva 40 años exigiendo el fin de la impunidad de su asesinato. Y es por ello que: Apostamos por la resolución de la crisis catalana por la vía del diálogo y, si fuera necesario, por la vía de la mediación, para acordar un referéndum con todas las garantías democráticas. Y es por ello que nos unimos en nuestra diversidad desde Andalucía para lanzar este mensaje a la sociedad y a los poderes públicos. Andalucía, 24 de octubre de 2017 Documento
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